Firmas españolas como Lacuesta, Izaguirre, St Petroni o Gambitero se han convertido en habituales.
El Vermut nunca se fue, pero vuelve a ser tendencia. Marcas de ayer y de hoy disputan a la ginebra su reinado como producto “estrella” de los últimos años.
Las más conocidas siguen siendo las italianas, Martini o Cinzano. Pero con el tiempo los vermús españoles han ido creciendo y son cada vez más demandados por los comensales. En las barras de los bares y locales ya no tienen una sola marca y es habitual encontrar todo un estante con diferentes marcas, e incluso diferentes grifos en un mismo establecimiento.
Firmas españolas como Lacuesta, Izaguirre o St Petroni se han convertido en habituales. Pero hay muchas más y casi todas ellas son de enorme calidad que empiezan a hacer competencia a las tradicionales. Un caso de estos es el Vermú Gambitero. Elaborado en una bodega tradicional de vino de la provincia de Zaragoza, este vermú rojo aprovecha las condiciones climatológicas de la zona para sacar el máximo rendimiento de la ciruela pasa que se cultiva en la comarca de Valdejalón y que aporta el sabor diferenciador de este vermú.
Su sabor no deja indiferente a los vermuteros. Su equilibrio entre toques dulces, amargos y ácidos destaca en el paladar. Como colofón, para endulzar y darle ese sabor final utilizan una combinación de azúcar (mínima obligatoria por legislación) y la mencionada fruta de la comarca de Valdejalón.
El resultado es sorprendente y le convierte en un maridaje perfecto para acompañar cualquier tipo de encurtidos que elijamos tomar en el aperitivo
